Cuentos en el tren o subte

Escribo este post porque ya es la segunda historia que me contás sobre situaciones en el tren, subte o algún medio. Creo que indirectamente me decís: gil, necesito un lugar en tu blog.
O capaz me la creo y sólo querés compartir tus momentos conmigo.

Primera historia:
Comenzaste a recibir empujones, lo que ocasionó un efecto en cadena. Una suerte de Primera Ley de Newton donde sin quererlo, empujaste a otra persona (A). Una tercera persona (B) entra y te empuja. Ahora fue tu turno de decir "no empujes". No esperabas la respuesta de B, que fue una suerte de improperios, lo que dejaba escondido la triste vida del hombrecito B.
B manifestó que no le dejabas lugar, en un subte-lata-de-sardina, y que "ponías la pierna dura", cual jugador de fútbol. Casi en un lamento B se sincera y dice "yo también quiero viajar".
Aparece un nuevo sujeto (C) que dice, acotando al pedo, "todos queremos viajar, aca hay chicos, hay familia". Sin saber porqué, B lo tomó para el culo y quizo cagarse a piñas con todo el vagón. Los invitó a "arreglarlo afuera", pero justo no era la parada correspondiente.

Segunda historia:
Esta vez formaste parte de un pleito, pero sin ser esa tu intención... pelea entre cartoneros, donde en un momento el más bravucón (entiendase: el más borracho) gritó a la muchedumbre "vos, que mirás??". Le habló a todos y a nadie a la vez. Pero un pibe salió sorteado, lo bardearon un poco y todo se disipó.


Si, cero inspiración... es que estoy pensando en otras cosas que necesitan ser pulidas. Y cómo no quiero dejar a mis cientos (???) de lectores sin leer les escribo estas lindas anécdotas del Colo. Les cuento que la primer anécdota me la contó 3 veces porqué siempre me olvidaba. Esto fue recién, en un lapso de 5 minutos.
Gracias Colo por la magia! Seguro le pifié en la primer anécdota.