Friday, October 26, 2012

Dos bebés conversan en el vientre

Se lo chorié a Sabrina Artiaga, via fasebuc.


DOS BEBÉS CONVERSAN EN EL VIENTRE...
En el vientre de una mujer embarazada estaban dos criaturas conversando cuando una le preguntó a la otra:
-¿Crees en la vida después del nacimiento?
La respuesta fue inmediata:
- Claro que sí. Algo tiene que haber después del nacimiento. Tal vez estemos aquí principalmente porque necesitamos prepararnos para lo que seremos más tarde
- Bobadas, no hay vida después del nacimiento. ¿Cómo sería esa vida?
- Yo no sé exactamente, pero ciertamente habrá más luz que aquí. Tal vez caminemos con nuestros propios pies y comamos con la boca
- ¡Eso es absurdo! Caminar es imposible. ¿Y comer con la boca? ¡Es totalmente ridículo! El cordón umbilical es lo que nos alimenta. Yo solamente digo una cosa: la vida después del nacimiento es una hipótesis definitivamente excluida, el cordón umbilical es muy corto
- En verdad creo que ciertamente habrá algo. Tal vez sea apenas un poco diferente de lo que estamos habituados a tener aquí
- Pero nadie vino de allá, nadie volvió después del nacimiento. El parto apenas encierra la vida. Vida, que al final de cuentas es nada más que una angustia prolongada en esta absoluta oscuridad.
- Bueno, yo no sé exactamente cómo será después del nacimiento, pero con certeza veremos a mamá y ella cuidará de nosotros
- ¿¿¿Mamá???? ¿Tu crees en la mamá? ¿Y dónde supuestamente estaría ella?
- ¿Dónde? ¡En todo alrededor nuestro! En ella y a través de ella vivimos. Sin ella todo eso no existiría.
- ¡Yo no creo! Yo nunca vi a ninguna mamá, lo que comprueba que mamá no existe
- Bueno, pero a veces cuando estamos en silencio, puedes oírla cantando, o sientes como ella acaricia nuestro mundo. ¿Sabes qué? Pienso, entonces, que la vida real es la que nos espera y que, ahora, apenas estamos preparándonos para ella.

Tuesday, October 2, 2012

Payamédica pastelera

Me junté a tomar mates con una amiga, y me contó de sus primeras experiencias como payamédica. Me quedo con una, que me cambió la tarde, me dio pilas para el resto de la semana.

Era sobre una mujer arriba de sus 40, que tras algunas operaciones y malos tratamientos psiquiátricos, terminó en un pozo depresivo y -literalmente- sin hablar. No porque no pudiera, sino porque no quisiera. La mujer no le dirigía la palabra a NADIE, ni siquiera a sus ancianos padres, hace casi 20 días.

Entra mi amiga con dos personas más, y empiezan con su acto. Algunas pacientes alentaban, y otras todo lo contrario: "no te gastes, no habla con nadie". Esta mujer en cuestión miraba fijo, pero no se inmutaba, no se reía, parecía no afectarle que tres personas disfrazadas y ridículas intenten sacarle aunque sea una sonrisa.
Mi amiga me cuenta que con seriedad le dijeron "no nos vamos hasta que te rías. Y parece que se lo tomaron en serio. Casi sin recursos -me cuenta entre mate y mate- decide sacarle la peluca a su maestro payamédico, develando la brillante pelada. La mujer no pudo contenerse, y empezó a reírse  Los padres rebosantes de alegría: hacía meses que no sonreía. Aunque seguía sin hablar, ya había logrado la mitad de lo prometido.

Al rato, antes de irse, mi amiga decide pasar a saludar. Habló con los padres de la paciente, quienes estaban muy agradecidos, y a modo de chiste le dijeron que tenían un nieto muy buen mozo para presentarle, de unos 21 años de edad. Mi amiga, ni lerda ni perezosa, le pregunta a la paciente "¿te molesta si lo invito a salir a tu hijo?", y milagrosamente, ella gira la cabeza para mirarla a los ojos y decirle "no".

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Capaz compartís la intensidad del relato, capaz apesto al escribir y transmitir historias, pero a mi me movió. La vocación del servicio está en todas partes, y agradezco codearme con gente como ella. Hacer sonreír a alguien que casi había olvidado como hacerlo, sacarle una palabra a alguien que decidió callar hace semanas, son cosas que me muestran que siempre hay esperanza.

Gracias Pili.