Thursday, April 24, 2014

Estamos locos, pero no locos "bien"

La siempre cuestionada Wikipedia nos regala un breve artículo sobre la Locura. Aquí leemos que, hasta final del siglo XIX a un determinado comportamiento que rechazaba las normas sociales establecidas, se lo consideraba locura. Creo que esta definición más vigente que nunca, al menos en nuestra sociedad.

Varios hechos me ayudan a confirmarlo, actuales y pasados. Hablemos sobre los linchamientos... aquellos sucesos en los que la plebe decide agredir físicamente a un (supuesto) delincuente. Hacer justicia por mano propia. Ya que la policía no aparece, lo agarramos entre nosotros, hacemos su trabajo. Pero entendamos que no es "apresarlo, llevarlo a juicio, y condenarlo en un acto democrático y justo". Literalmente lo matamos a patadas, en un acto cobardía y maldad.

Lu Xun, en su cuento breve titulado "Diario de un Loco", narra lo siguiente:
"Solamente hoy me doy cuenta de que he vivido años en medio de un pueblo que desde hace cuatro milenios se devora a sí mismo."

Coincido con Francisco, cuando dice que sintió las patadas en el alma, mientras se pregunta qué falló. No tengo ni autoridad ni conocimiento pleno para responderle, para respondernos. Me atrevo a decir que fallamos nosotros, como pueblo. Fallamos al dejar que las instituciones se desmoronen o sean arrebatadas por la corrupción (corrupción de nuestra propia autoria). Fallamos al abandonar a ese chico que decidió salir a delinquir. Fallamos al no educar, al no acompañar y no contener. Fallamos al tolerar hechos intolerables. Estamos locos, lo que se dice locos "mal".

Hace unos días, en el trabajo elegimos una frase de Favaloro, a modo de inspiración:
"Debe entenderse que todos somos educadores. Cada acto de nuestra vida cotidiana tiene implicancias, a veces significativas. Procuremos entonces enseñar con el ejemplo.”
Al mismo tiempo, le explicamos a un directivo, nacido en otro país, quién fue René Favaloro. No pudimos evitar mencionar su trágica muerte: un disparo al corazón. Un acto suicida que, si nos tenemos un segundo a razonar, tenemos que concluir que estamos realmente locos. Dejamos morir a Favaloro. No fue culpa de los políticos de turno, fue culpa de todos nosotros. René vivió este país en carne propia, con sus injusticias construidas por todos nosotros durante años.
Procuremos enseñar con el ejemplo. ¿El ejemplo es matar a alguien a patadas, porque la policía no trabaja?

Tenemos el país que merecemos, porque nosotros lo construimos así. Somos la consecuencia de decisiones pasadas, cierto, pero no tenemos que culpar al pasado cruzándonos de brazos y esperar que venga no se quién de no se dónde a "curarnos". Hoy nos toca trabajar a nosotros, y es nuestra decisión que todo siga así o no. Procuremos enseñar con el ejemplo.

Espero algún día juntar las palabras para escribir la otra cara de la moneda, y poder decir que estamos locos, pero locos "bien". Que en este suelo que pisamos, lleno de discordancias e irrealidades, sólo las acciones contagiadas por locura nos pueden sacar adelante.