Friday, February 12, 2010

Mc 7, 14-23

Recién leí estas líneas, que corresponden a la lectura del Miércoles 10 de Febrero de 2010.

14 Llamó otra vez a la gente y les dijo: «Oídme todos y entended.
15 Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.
16 Quien tenga oídos para oír, que oiga.»
17 Y cuando, apartándose de la gente, entró en casa, sus discípulos le preguntaban sobre la parábola.
18 El les dijo: «¿Conque también vosotros estáis sin inteligencia? ¿No comprendéis que todo lo que de fuera entra en el hombre no puede contaminarle,
19 pues no entra en su corazón, sino en el vientre y va a parar al excusado?» - así declaraba puros todos los alimentos -.
20 Y decía: «Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.
21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos,
22 adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez.
23
Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre.»


Ya hace 2000, Jesús nos intenta explicar que somos nosotros mismos los que generamos los actos impuros, la maldad. No es propio excusar los actos malos de uno simplemente porque "el otro también lo hace" o "por culpa de otro".
Hay ejemplos bien claros y sencillos, y los hay más complejos.

1) Quien tira la basura a la calle, porque los demás también lo hacen. Por más simple que sea el hecho, creo que todos entendemos que es responsabilidad de cada uno, y es de cobarde ocultarse detrás de la falencia de los otros.
2) Un padre que desea matar al asesino/violador de su hija. Ese deseo se originó en SU corazón, y no en el acto de violencia que afectó a su hija. Creo que nunca se justifica la venganza, y a veces dudo cuando se dice "en defensa propia".

También es importante remarcar que el hecho desde la intención, aunque no se lleve a cabo, también es impropio. El deseo que nace en la mente y el corazón ya es un puntapié de lo que somos y lo que hacemos.

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