Wednesday, June 9, 2010

Tolerancia - El día que esté viejo y ya no sea el mismo

El día que este viejo y ya no sea el mismo, ten paciencia y compréndeme.

Cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide cómo atarme mis zapatos, recuerda las horas que pasé enseñándote a hacer las mismas cosas.

Si cuando conversas conmigo, repito y repito las mismas palabras que sabes de sobra cómo terminan, no me interrumpas y escúchame. Cuando eras pequeño(a) para que te durmieras tuve que contarte miles de veces el mismo cuento hasta que cerrabas los ojitos.

Cuando estemos reunidos y sin querer haga mis necesidades, no te avergüences y compréndeme que no tengo la culpa de ello, pues ya no puedo controlarlas. Piensa cuántas veces cuando niño(a) te ayude y estuve paciente a tu lado esperando a que terminaras lo que estabas haciendo.

No me reproches porque no quiera bañarme; no me regañes por ello. Recuerda los momentos que te perseguí y los mil pretextos que te inventaba para hacerte más agradable tu aseo. Acéptame y perdóname, ya que yo soy el niño ahora.

Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podré entender, te suplico me des todo el tiempo que sea necesario para no lastimarme con tu sonrisa burlona. Acuérdate que yo fui quien te enseñó tantas cosas. Comer, vestirte y tu educación para enfrentar la vida tan bien como lo haces, son producto de mi esfuerzo y perseverancia por ti.

Cuando en algún tiempo mientras conversamos me olvide de qué hablamos, dame todo el tiempo que sea necesario hasta que yo recuerde, y si no puedo hacerlo, no te burles de mí; tal vez no es importante sobre lo que te hable y me conforme con que me escuches en ese momento.

Si alguna vez ya no quiero comer, no me insistas. Se cuánto puedo y cuánto no debo. También comprende que con el tiempo ya no tengo dientes para morder, ni gusto para sentir.

Cuando me fallen mis piernas por estar cansadas para andar, dame tu mano tierna para apoyarme, como lo hice yo cuando comenzaste a caminar con tus débiles piernas.

Por último, cuando algún día me oigas decir que ya no quiero vivir y sólo quiero morir, no te enfades. Algún día entenderás que esto no tiene que ver con tu cariño o con cuánto te ame. Trata de comprender que ya no vivo sino que sobrevivo, y eso no es vivir.

Siempre quise lo mejor para ti y he preparado los caminos que has debido recorrer. Piensa entonces que con el paso que me adelanto a dar estaré construyendo para ti otra ruta en otro tiempo, pero siempre contigo.

No te sientas triste o impotente por verme como me ves. Dame tu corazón, compréndeme y apóyame como lo hice cuando empezaste a vivir.


“Preocuparse de antemano, me dijeron que era en vano
Si al fin y al cabo no saldré vivo de aquí
Piensa menos y vive más
Lo que me pone de mal humor hoy está de más”
Adrián Berra.

“Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas.”
John Fitzgerald Kennedy (1917-1963) Político estadounidense.

“Ten paciencia con todas las cosas, pero sobre todo contigo mismo.”
San Francisco de Sales (1566-1622) Obispo y Doctor de la Iglesia.

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