Saturday, February 15, 2014

Conservá la dignidad, por favor

     Fernanda salió a caminar, pidiendo un recreo luego de varias horas de trabajo en su departamento. Eran las 3 de la tarde, martes de Febrero, soleado y agradable. Las lluvias de los días anteriores dejaron un clima más fresco que los de Enero, cuando el calor hacía intolerable cualquier caminata bajo el sol.
      Caminó cuatro cuadras, sabiendo a dónde se dirigía: la plaza, y su banco preferido. En cuanto llegó, se sentó en el lugar que ella creía designado para las chicas que salen a tomarse un descanso. Todo lucía más verde que de costumbre, probablemente gracias a aquellos chaparrones. Tomó un sorbo de agua... suspiró con una sonrisa en sus labios, y tomó otro sorbo. Sabía que dentro de poco su vida cambiaría rotundamente, y que no vería esta plaza por mucho tiempo. Intentó relajarse, y que sus pensamientos fluyan.
      Su estado de relajación duró poco, ya que una pareja la distrajo con ciertos sonidos pocos agradables. Parecían pelear, aunque ella determinó que si eso era una pelea, ya había un claro ganador. Ganadora, en este caso. Su cara no decía nada, y la de él decía todo. Mientras él, entre sollozos, no paraba de repetir "pero no entiendo... ¿hice algo mal?", Fernanda sólo podía pensar "nene, conservá la dignidad... no llores en público".


Dedicado a Flor, que se va a probar una suerte distinta.

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