Monday, March 18, 2013

¿Para qué sirven los domingos?

No sé quién los inventó, ni porqué los puso justo después del alegre sábado.
El domingo deprime un poco, es la forma más fea de decir "se acabó tu fiestita de fin de semana, tenés que volver al laburo, y encontrarte con el horrible lunes". No sé para qué sirven los domingos...
Es irónico que el domingo esté tan lejos del viernes, si sólo esta dos días atrás... ah, pero no podemos ir hacia atrás. ¿Dónde estás Dr. Emmett Lathrop Brown?

Me robo una idea que me comentaron hace minutos: el fin de semana es ese lugar donde ponemos un montón de expectativas, casi esperando un milagro. Es mucha la presión que deben sentir el Sábado y el Domingo... 5 días agresivos, para que en 2 nos sintamos extasiados. Es injusto, ¿no les parece?. Y a veces parecen darse cuenta, y el Domingo nos dice "nooo chiquito... los milagros ya no existen... ¿y sabés qué? mañana no es viernes, pasado tampoco, ni siquiera pasado pasado mañana es viernes... suck this tangarine!". A veces te odio Domingo...

Ahhh, y hay padres que a sus hijos le ponen de nombre Domingo. Es casi como que te bauticen Hitler... estás condenado al rechazo social. Menos mal que a Sarmiento un segundo nombre: Faustino (que convengamos, va codo a codo con Domingo en fealdad de nombres).

Me di cuenta de algunas cosas que suceden los domingos. El domingo sirve para pensar la semana que nos vamos a encontrar en tan solo pocas horas. El domingo sirve para decir "¿viste? Messi lo hizo de nuevo...". Sirve para manejar más lento, total es domingo. Sirve para que el cristiano tibio vaya a misa (y ahora, de paso, festeje que "el papa es argentino, papá").

No se si nos tenemos que hacer amigos del domingo, o simplemente aceptarlo como es... tolerancia al Domingo, que no se va a ir a ningún lado, y él siempre nos espera para darnos una lección.

Wednesday, February 27, 2013

Esos viejos son un tango

Me caen muy bien esos viejos que caminan por las calles de Buenos Aires, silbando un tango. Van por ahí, con un andar muy tranquilo, generalmente con la cabeza baja, y un poco nostálgicos. Sus tiempos son otros, y uno piensa que viven quejándose, cuando en realidad viven extrañando. Se despiertan temprano, siempre, porque toda su vida lo hicieron. Silban melodías que pocos reconocen, melodías que ya desaparecieron y que los jóvenes no podrán encontrar nunca más. Ellos se llevarán sus tangos cuando ya no estén más entre nosotros, y nunca volverán: ni ellos, ni los tangos que ya nadie silbará.
Jubilados de todo, no saben muy cómo ocupar sus horas, y por eso caminan, y silban, y toman su café en esa esquina que parece caerse a pedazos, junto con ellos. Toda la imagen es nostálgica, pero no triste.
Conocen las calles, por costumbre... y por costumbre las calles los conocen a ellos. Son parte del paisaje, y se los extraña cuando ya no nos cruzamos con ellos en las veredas. Surgen las clásicas preguntas ¿le habrá pasado algo? ¿falleció? ¿estará en un geriátrico? Pero nuestro imaginario no nos deprime, porque la nostalgia no deben entristecernos, sólo hacernos recordar y extrañar.

Digo que esos viejos son un tango, porque el tango tiende a desaparecer, con toda su amor y nostalgia a cuestas.

Thursday, November 29, 2012

¿Quién nos entiende?

No me gustan los estereotipos, ni poner etiquetas, pero si se puede hacer (o intentar hacer) un análisis de ciertas actitudes en común de algunos ciudadanos. Tenemos más contradicciones que la Biblia, más amor propio que Edipo, y nos reconocemos como lo peor de lo peor.

Nos quejamos de la cantidad de feriados, pero nos atoramos en la Ruta 2 en cada fin de semana largo.
Tildamos a muchos de vagos y atorrantes, pero quien esté libre de pecado que tire la primer piedra... no queremos ni agacharnos a buscar una piedrita.
Nuestro nacionalismo se reduce a alentar la camiseta, pero pocos saben defender los verdaderos intereses del suelo argentino.
Odiamos a los ingleses en Malvinas y cada vez que chocamos contra ellos en una disputa deportiva... pero sabemos que la Liga Inglesa de Fútbol es de las mejores del mundo (representada por varios argentinos), amamos a los Beatles y a los Rolling.
No nos gustan ni la represión, ni los milicos, pero tenés que ver las piñas que nos damos en una cancha de fútbol, los conflictos que genera cada queja de la agrupación Quebracho y la puteadas que surgen en cada esquina apenas se pone en verde el semáforo.
Somos los mejores atrás de nuestro volante, ¿pero sabés quién tiene prioridad en una rotonda?, ¿le cedés el paso al peatón?
Las mujeres nos atacan con profundos escotes, para después gritarnos "no nos mires las tetas, pervert".
Los hombres se jactan de defender a las mujeres, pero el machismo que vemos día a día es doloroso.
No queremos un país de pobres, pero despilfarramos en placeres insípidos.
Queremos que otro solucione los problemas por nosotros, ¿para eso los votamos, no? Pero después gritamos a los cuatro vientos cuando no nos gusta una medida, un accionar, o un plan que no se cumple tal como nos prometieron. Y luego, seguimos sin hacer nada.
Tenemos memoria selectiva y dañada: nos olvidamos de algunos males, pero a otros no los podemos dejar ir ni aunque nos paguen por ello.
Somos los reyes de la queja, pero sin propuesta.
Somos los jefes de las heridas abiertas, pero no hacemos nada para madurar.
Somos los mejores en tropezar dos o más veces con la misma piedra, hasta el punto de desear patearla y rompernos el meñique. Parece que amamos el tropezón.
Creemos en Dios, pero también nos cagamos en Él.
Creemos en Argentina, pero nos queremos ir a vivir afuera.
Nos gustan las cataratas y los glaciares, pero qué lindo sería irse a Miami y Barcelona, ¿no?
Odiamos a esos yankees que invaden países, obesos y amantes del Black Friday, ¿pero quién no quiere ir a conocer NY, Chicago, LA, Disney, volver con valijas repletas, y comer en cada local de comida rápida?
Nos sentimos primer mundistas porque volvió Wendy's, hay un Subway en cada esquina y cada vez vemos más iPhones. Primer mundo es otra cosa chicos... primer mundo es educación, salud y no violencia.

No va a faltar el que piense "qué pelotudo este chico... está generalizando, no todos son así", y estoy de acuerdo. No todos somos así, y si, también soy un pelotudo.

Dicen que el mejor negocio es comprar un Argentino por lo que realmente vale, y venderlo por lo que él dice que vale.

Friday, October 26, 2012

Dos bebés conversan en el vientre

Se lo chorié a Sabrina Artiaga, via fasebuc.


DOS BEBÉS CONVERSAN EN EL VIENTRE...
En el vientre de una mujer embarazada estaban dos criaturas conversando cuando una le preguntó a la otra:
-¿Crees en la vida después del nacimiento?
La respuesta fue inmediata:
- Claro que sí. Algo tiene que haber después del nacimiento. Tal vez estemos aquí principalmente porque necesitamos prepararnos para lo que seremos más tarde
- Bobadas, no hay vida después del nacimiento. ¿Cómo sería esa vida?
- Yo no sé exactamente, pero ciertamente habrá más luz que aquí. Tal vez caminemos con nuestros propios pies y comamos con la boca
- ¡Eso es absurdo! Caminar es imposible. ¿Y comer con la boca? ¡Es totalmente ridículo! El cordón umbilical es lo que nos alimenta. Yo solamente digo una cosa: la vida después del nacimiento es una hipótesis definitivamente excluida, el cordón umbilical es muy corto
- En verdad creo que ciertamente habrá algo. Tal vez sea apenas un poco diferente de lo que estamos habituados a tener aquí
- Pero nadie vino de allá, nadie volvió después del nacimiento. El parto apenas encierra la vida. Vida, que al final de cuentas es nada más que una angustia prolongada en esta absoluta oscuridad.
- Bueno, yo no sé exactamente cómo será después del nacimiento, pero con certeza veremos a mamá y ella cuidará de nosotros
- ¿¿¿Mamá???? ¿Tu crees en la mamá? ¿Y dónde supuestamente estaría ella?
- ¿Dónde? ¡En todo alrededor nuestro! En ella y a través de ella vivimos. Sin ella todo eso no existiría.
- ¡Yo no creo! Yo nunca vi a ninguna mamá, lo que comprueba que mamá no existe
- Bueno, pero a veces cuando estamos en silencio, puedes oírla cantando, o sientes como ella acaricia nuestro mundo. ¿Sabes qué? Pienso, entonces, que la vida real es la que nos espera y que, ahora, apenas estamos preparándonos para ella.

Tuesday, October 2, 2012

Payamédica pastelera

Me junté a tomar mates con una amiga, y me contó de sus primeras experiencias como payamédica. Me quedo con una, que me cambió la tarde, me dio pilas para el resto de la semana.

Era sobre una mujer arriba de sus 40, que tras algunas operaciones y malos tratamientos psiquiátricos, terminó en un pozo depresivo y -literalmente- sin hablar. No porque no pudiera, sino porque no quisiera. La mujer no le dirigía la palabra a NADIE, ni siquiera a sus ancianos padres, hace casi 20 días.

Entra mi amiga con dos personas más, y empiezan con su acto. Algunas pacientes alentaban, y otras todo lo contrario: "no te gastes, no habla con nadie". Esta mujer en cuestión miraba fijo, pero no se inmutaba, no se reía, parecía no afectarle que tres personas disfrazadas y ridículas intenten sacarle aunque sea una sonrisa.
Mi amiga me cuenta que con seriedad le dijeron "no nos vamos hasta que te rías. Y parece que se lo tomaron en serio. Casi sin recursos -me cuenta entre mate y mate- decide sacarle la peluca a su maestro payamédico, develando la brillante pelada. La mujer no pudo contenerse, y empezó a reírse  Los padres rebosantes de alegría: hacía meses que no sonreía. Aunque seguía sin hablar, ya había logrado la mitad de lo prometido.

Al rato, antes de irse, mi amiga decide pasar a saludar. Habló con los padres de la paciente, quienes estaban muy agradecidos, y a modo de chiste le dijeron que tenían un nieto muy buen mozo para presentarle, de unos 21 años de edad. Mi amiga, ni lerda ni perezosa, le pregunta a la paciente "¿te molesta si lo invito a salir a tu hijo?", y milagrosamente, ella gira la cabeza para mirarla a los ojos y decirle "no".

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Capaz compartís la intensidad del relato, capaz apesto al escribir y transmitir historias, pero a mi me movió. La vocación del servicio está en todas partes, y agradezco codearme con gente como ella. Hacer sonreír a alguien que casi había olvidado como hacerlo, sacarle una palabra a alguien que decidió callar hace semanas, son cosas que me muestran que siempre hay esperanza.

Gracias Pili.