-Qué triste es tu vida, si tenés que subir todo el tiempo fotos y comentarios del lugar donde estás vacacionando...
-Tenés razón... te acordás que hace 3 años se sentaba en el rincón y casi no hablaba?
Escuché la conversación ayer, hablando de cierta persona que cambió mucho. No voy a entrar en la discusión de si cambió para bien o para mal, yo no puedo juzgar eso. Pero si me hizo pensar en cómo esta persona está actuando con los demás, con "los de siempre", con esos que siempre estuvieron a su lado y ahora casi ni ve.
Sus actividades se redujeron luego de empezar un nuevo trabajo, pero su tiempo libre no parece ser más valioso que antes. Es más, sus actividades son cada vez más banales y superficiales. No da la impresión que lo aproveche en cuidar esas amistades que siempre estuvieron "ahí", presentes, atentas.
Pienso en cómo mucha gente, frente a un cambio importante -empezar una carrera, empezar un nuevo trabajo, mudarse, cambiar de pareja- se olvida de dónde viene, quienes la/o cuidaron, con quiénes compartió risas y lágrimas auténticas. Uno no puede pretender que las relaciones sean estáticas, no muten - es ilógico, todo cambia. Pero uno empieza a darse cuenta de como la cualidad importa más que la cantidad, cuando con un décimo del tiempo, disfrutás más de ciertas compañías personales.
En el colegio, por ejemplo, uno comparte muchas horas a la semana con muchos amigos... pero cuando este objetivo en común se termina, se generan distancias. Si conservamos algunas de estas amistades, y son auténticas, los momentos compartidos serán menores en cantidad, pero infinitamente mayores en cualidad.
En resumen, descuidar ciertas amistades tiene un costo grande, que uno no lo ve inmediatamente.
Buen jueves!
me gusta!
ReplyDeleteGracias fede! Saludos.
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